La cirugía bariátrica requiere un gran trabajo por parte del paciente, para lograr cambios de hábitos de alimentación y actividad física que le permitan sostener su descenso de peso en el tiempo.

Para ello nuestros pacientes pasan por un tratamiento nutricional previo y un seguimiento luego de la cirugía.

Los objetivos del plan de alimentación previo a la cirugía son:

  • disminuir los riesgos de complicaciones
  • facilitar la técnica quirúrgica gracias a la disminución de la grasa abdominal y del volumen hepático
  • entrenar hábitos saludables de alimentación y ejercicio físico

El tiempo de preparación es variable y depende de la situación clínico-psicológica del paciente, su grado de compromiso y adherencia a los cambios de hábitos propuestos, lo que requiera para lograr la disminución de peso indicada y el grado de urgencia médica.

Luego de la cirugía se siguen 4 etapas de dieta especialmente diseñadas para:

  • permitir y promover la cicatrización
  • evitar complicaciones
  • fomentar un adecuado descenso de peso, preservando la masa muscular
  • continuar con el entrenamiento de nuevos hábitos de alimentación

Comienzan con consistencia líquida y alimentos de muy fácil digestibilidad para llegar a consistencia sólida y consumo de alimentación variada y completa. Las proteínas son el principal nutriente para asegurar una adecuada cicatrización y para preservar la masa muscular. Cada una de estas etapas es de duración variable según el grado de tolerancia del paciente. La mayoría logra llegar a una alimentación completa en 2 meses.

Durante este tiempo y a lo largo de todo el primer año post cirugía, se entrena intensamente al paciente en sus nuevos hábitos, acompañándolo en el aprendizaje de la selección de los alimentos en cantidad y calidad, y se promueve el ejercicio físico.

Es fundamental comprender que estos cambios deben mantenerse por el resto de la vida, para evitar la temida reganancia de peso.

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